jueves, 15 de marzo de 2007

TELEOPERADORAS ( CARA 1: DESDE DENTRO)

Empieza tu jornada laboral. Tienes que vender, no te queda más remedio, tienes unos ratios que cumplir, da igual que el día sea malo o la base de datos esté tan quemada que sabes que de un momento la cosa va a estallar.

Saludas amablemente, y desde luego te encuentras con muchos tipos de personas:

Esos que te saludan amablemente, aunque intentan cortarte lo antes posible para que no pierdas el tiempo con ellos ya que no quieren nada.

Esos que te escuchan porque creen que ese es tu trabajo y te ayudan para cumplirlo ( cosa que es cierto muchas veces: muchas empresas hacen que expliques mucho, que pases mucho tiempo con los clientes, que no les cuelgues pronto incluso aunque te digan que no lo quieren; otras empresas simplemente te piden que cuando un cliente no quiere el producto te despidas amablemente lo antes posible)

Esos que les parece que les interesa el producto pero te dan largas, quizá porque es cierto, quizá porque intentan deshacerse de ti. Y los desconfiados, no nos olvidemos de ellos, esos que te preguntan cada detalle, que quieren cerciorarse que llamas de dónde dices, esos que tienen miedo a que les mientas.

Esos a los que les interesa el producto y te lo piden al momento.

Esos que te contestan de manera borde, incluso llegando a colgarte muchas veces, y cómo no, algunos de ellos con algunos insultos y malas contestaciones de por medio, no olvidemos las amenazas de “como vuelvas a llamarme…”

Teniendo en cuenta todo esto, comienzas tu jornada laboral, haciendo el mayor número de llamadas posibles e intentando conseguir el máximo de ventas (al fin y al cabo ese es el objetivo de tu trabajo.

Normas laborales:

Sonrisa telefónica. Recuerda que el único instrumento de convicción que tienes es tu voz. Tus palabras y la seguridad con lo que las dices es muy importante, pero no te olvides de la sonrisa telefónica para crear empatía con el cliente, el tono con el que le hables va a ser tu arma principal.

Puntualidad, tanto a la hora de llegar como a la de salir, y por supuesto en los descansos.

Seguir un ratio determinado por las empresas, teniendo en cuenta, tiempos de llamada, porcentaje de llamadas por venta, calidad de las llamadas, etc.

Intenta convencer al cliente. Coge lo que puedas y te valga de tus compañeros hasta encontrar tu propia estrategia de venta.

Y dependiendo de la empresa nos vamos a encontrar con infinidad de normas.

Te encuentras con todo tipo de personas, algunas amables, otras bordes. Te encuentras con muchas llamadas, mucha espera telefónica, muchas horas al teléfono. Desde luego sales quemado/a de ahí, pero ojo SIEMPRE CON UNA SONRISA.

Contestaciones estándar:

“ No me interesa” (Da igual que hayas explicado el producto o no, o que te hayas quedado en los “buenos días” que respuestas de esas nunca faltan).

“ Me habeis llamado mil veces y he dicho que NO” (Perdone señor/a, pero si le hubiese llamado tantas veces y me hubiese dicho que no no estaría aquí perdiendo el tiempo con usted en vez de buscar un posible cliente de verdad. En todo caso, le llamaría otra persona de otra zona u otra empresa que da los mismos servicios).

“ Tengo que consultarlo con mi marido/esposa” o “estos temas lo llevan mis hijos/padres” (Unas veces es verdad, otras una manera sutil de meterles el paquete a otros)

Mi información desde dentro sobre el tema hasta ahora ha llegado a su fin.

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